Un tema clave que muchos pasan por alto son las agujas para bordar, pero elegir la aguja incorrecta puede arruinar por completo tu trabajo. Cuando se parte la aguja, se rompe el hilo, la tela se daña o el bordado queda desalineado, el problema suele estar en un mal tipo de aguja para bordar, bien por su punta, su grosor o por no ser la adecuada para el tejido.
Ya sea que trabajes con espuma 3D, tejidos gruesos o prendas delicadas, conocer las agujas para bordar que mejor se adaptan a cada proyecto es esencial para evitar errores y lograr un resultado profesional desde la primera puntada. Elegir la aguja adecuada para bordar puede ser la diferencia entre un bordado suave, sin fallos, y un dolor de cabeza lleno de hilos rotos y tejidos dañados.

¿Por qué es tan importante elegir bien la aguja de bordar?
Puede que te preguntes: “Una aguja es una aguja, ¿diferencia tanto cambiarla?” La respuesta corta es: sí, muchísimo. La aguja es el puente entre tu máquina (o mano, si bordas manualmente), el hilo y la tela. Una elección incorrecta puede causar:
- Roturas de hilo frecuentes: si la aguja tiene el ojo muy pequeño o está sin filo, el hilo se atasca y termina rompiéndose.
- Saltos de puntada: una aguja inadecuada puede no atrapar bien el hilo inferior, dejando huecos sin bordar.
- Daño en la tela: una punta de aguja equivocada puede romper las fibras del tejido en vez de separarlas, causando agujeros en la tela.
- Agujas rotas o dobladas: si la aguja es muy delgada para un material grueso, puede doblarse o partirse (como nos pasó con la gorra). Esto arruina el bordado y puede ser peligroso para tu máquina.
En cambio, cuando usas la aguja adecuada, todo fluye: el hilo corre suave, las puntadas quedan parejas, la tela no se daña y la máquina suena tranquila. Por eso los expertos siempre dicen: antes de culpar al hilo o a la máquina, revisa la aguja.

Tipos de agujas para bordar: manuales, máquina y la curiosa aguja mágica
Cuando hablamos de agujas para bordar, no todas son iguales. Existen diferentes tipos según cómo vayas a bordar:
- Agujas de bordado a mano: son las clásicas agujas de coser a mano, con un ojo (agujerito) grande para pasar hilos de bordar. Se usan en técnicas manuales como punto de cruz, bordado tradicional con aro, etc.
Las hay de distintas longitudes y grosores, y su punta puede ser afilada o ligeramente redondeada según el tejido que bordes. Estas agujas no sirven para máquinas; son exclusivamente para bordado manual.
- Agujas para máquinas de bordar domésticas: son agujas diseñadas para las máquinas de bordado caseras o semi-profesionales (esas máquinas normalmente de 1 sola aguja/cabezal, parecidas a una máquina de coser).

Estas agujas suelen tener el vástago (la parte gruesa que se inserta) con un lado plano y otro redondeado. ¿Por qué? Para que solo puedas colocarla en la posición correcta fácilmente.
- Agujas para bordado industrial: aquí entramos en la liga profesional. Las máquinas industriales (de varias agujas o cabezales) emplean agujas más robustas, diseñadas para resistir altas velocidades y uso continuo.
En nuestro taller usamos el sistema de aguja DBxK5, un estándar de la industria. Estas agujas tienen el vástago completamente redondo (sin lado plano) y un ojo más grande que las agujas domésticas.
El diseño DBxK5 reduce las roturas de hilo y los saltos de puntada incluso cuando la máquina borda rápido. Son altamente resistentes a la flexión, lo que significa que se doblan menos y aguantan más la caña sin partirse. Por ejemplo, máquinas multi-cabezal famosas como Tajima o Barudan usan agujas DBxK5.

- La aguja mágica para bordar: mención especial merece esta herramienta de bordado a mano, también conocida como “punch needle”. No es una aguja de coser corriente, sino un aparato con forma de pluma que tiene una aguja hueca.
Con la aguja mágica bordas pinchando la tela repetidamente para crear bucles de hilo en la superficie, logrando un efecto parecido a un pequeño tapiz o rizo.
No se usa en máquina ni para logos industriales, pero la mencionamos porque a veces los principiantes la confunden con las agujas tradicionales. Piensa en ella como otra técnica diferente de bordado a mano.
Como ves, primero debes tener claro cómo estás bordando (a mano, máquina doméstica o industrial) para saber qué tipo de aguja necesitas.
Nunca uses una aguja doméstica en una máquina industrial, porque podría soltarse o quebrarse, y viceversa, una aguja industrial no cabrá bien en una máquina casera. Cada máquina tiene su sistema de aguja adecuado.
Agujas para bordado industrial vs. doméstico: diferencias clave
Ya que nuestro objetivo es bordar correctamente, especialmente en máquinas industriales, profundicemosun poco más en qué hace especiales a las agujas para bordado industrial:
- Vástago redondo vs plano: como mencionamos, las industriales (DBxK5 y similares) tienen vástago redondo. Esto asegura un ajuste firme en la máquina y permite un diseño más robusto de la aguja. Las domésticas tienen un lado plano para guiar la colocación, pero ese diseño también las hace un poco menos resistentes a la torsión.
- Tamaño del ojo: el ojo de la aguja industrial suele ser más grande en proporción, para facilitar el paso de hilos gruesos o especiales a alta velocidad. Esto reduce la fricción y las roturas de hilo.
- Material y recubrimiento: muchas agujas industriales vienen con recubrimientos especiales (por ejemplo, GEBEDUR de titanio en las Groz-Beckert) que las hacen más duraderas. Así aguantan jornadas largas de producción sin desgastarse tan rápido. En cambio, las agujas domésticas están pensadas para uso intermitente y podrían desafilarse más pronto si las exprimes al máximo.
- Velocidad de bordado: una aguja industrial está diseñada para miles de puntadas por minuto sin recalentar ni doblarse fácilmente. Con una aguja doméstica, si intentas correr a velocidad industrial, podrías tener problemas.
Consejo: ten siempre a mano un paquete de agujas de repuesto del tipo que use tu máquina. En medio de un proyecto importante no querrás quedarte sin la aguja adecuada.
Por cierto, también existen distintos tipos de máquinas de bordar (no solo “doméstica vs industrial”, sino máquinas computarizadas, de una o varias agujas, etc.). Conocer tu máquina te ayudará también a entender qué agujas usar y cuándo.

Tipos de aguja para bordar según el tejido: la forma de la punta
Pasemos ahora a otro aspecto clave: la forma de la punta de la aguja. No todas las agujas (incluso del mismo tipo o sistema) tienen la misma punta. ¿Por qué importa esto? Porque la punta es la que interactúa directamente con el tejido:
- Una punta muy afilada se comporta como una “lanza” que perfora la tela limpiamente.
- Una punta redondeada (llamada punta de bola) se abre paso empujando las fibras en vez de cortarlas, lo que evita dañar tejidos elásticos o de punto.
Dependiendo del material que vas a bordar, conviene usar un tipo u otro de punta. A continuación, te presentamos los tipos de punta más usados en bordado y cómo elegir la aguja según el tejido que tengas:
- Punta universal estándar (RG): es la punta estándar con la que vienen muchas agujas. La llamamos universal porque sirve para la mayoría de tejidos planos y firmes.
Es ligeramente redondeada, lo justo para bordar en algodones, poliéster, microfibras y telas tejidas sin dañarlas. Si no estás seguro cuál punta usar, empieza con RG (a veces en las cajas solo dice “punta R” o “punta normal”). Por ejemplo, para bordar en sábanas de algodón o en fieltro, esta punta va bien.

- Punta de bola ligera (FFG/SES): esta es una punta más redondeada (bolita pequeña en la punta). Se recomienda para tejidos de punto finos o medianos, como las camisetas de algodón, tela de sudaderas o ropa de bebé.
La razón es que, en estas telas las fibras están entrelazadas y si metes una aguja afilada podría cortarlas, causando un agujero. La punta FFG en cambio separa suavemente las fibras al penetrar. Un ejemplo claro: si vas a bordar el logotipo de un equipo en una camiseta tipo T-shirt, usa una aguja con punta FFG para evitar dañar la prenda.
- Punta de bola mediana (FG / SUK): aquí la bola de la punta es un poco más grande. Es ideal para tejidos elásticos gruesos o materiales con malla más abierta, como telas deportivas elásticas, malla de gorras o tul.
- Punta especial SAN1 (aguja de titanio): SAN1 significa “aguja de aplicación especial n.º 1” (por sus siglas en inglés Special Application Needle).
Son ideales para materiales muy resistentes o gruesos como cuero, vinilo, gorras rígidas o bordados con espuma 3D. Estas agujas aguantan mayor tensión sin doblarse y penetran esos materiales duros sin romperse.
En nuestro taller, luego de varios experimentos, aprendimos que para bordar gorras estructuradas o proyectos con espuma EVA (el famoso bordado 3D en relieve) es casi obligatorio usar agujas SAN1.
Nota: existen más tipos de puntas (por ejemplo, SAN 8 que tiene el ojo más grande para hilos gruesos, u otras puntas especiales), pero las cuatro anteriores (RG, FFG, FG y SAN1) cubren el 90% de los casos comunes en bordado. Así que enfocándote en ellas tendrás lo necesario para empezar con buen pie.
El calibre o grosor de la aguja: ¿cuál elegir?
Además del tipo de punta, hay otro número que verás en las agujas: su calibre o grosor. Esto se expresa normalmente con dos números, por ejemplo: 75/11, 65/9, 90/14, etc.
¿Qué significan? El primer número (sistema métrico) indica el diámetro de la aguja en centésimas de milímetro. Así, una aguja 75 mide 0,75 mm de grosor en su parte más ancha. El segundo número (sistema americano “Singer”) es simplemente otra forma de clasificar ese grosor, en la que un número mayor significa aguja más gruesa. Lo importante para ti:
Por ejemplo: una aguja 65/9 (número pequeño) es muy delgada, ideal para telas finas como seda u organza y para detalles pequeños. En cambio, una aguja 90/14 (número grande) es gruesa y robusta, adecuada para telas recias como lona o vaquero, o para hilos más gruesos (por ejemplo, un hilo metalizado). La aguja gruesa deja un agujero mayor en la tela, pero puede atravesar materiales densos sin doblarse.
En bordado, los calibres más comunes van aproximadamente del 65/9 al 90/14. De hecho, un grosor estándar universal que muchos usamos cotidianamente es el 75/11, que funciona bien con la mayoría de hilos de bordar y telas de peso medio. Si estás empezando, 75/11 es un buen tamaño para probar en general. Luego, para tejidos muy finos podrías bajar a 70/10 o 65/9, y para algo más grueso subir a 80/12 o 90/14.

¿Qué pasa si te equivocas de grosor? Si usas una aguja demasiado fina para tu tela, es probable que se rompa o le cueste perforarla. Por el contrario, una aguja demasiado gruesa puede dejar agujeros visibles en la tela y estropear el acabado.
Truco de taller: prueba siempre tu bordado en un retal de la misma tela antes del proyecto final. Así comprobarás si el grosor y la punta de aguja que elegiste van bien, evitando sorpresas desagradables en la prenda definitiva.
Adicionalmente, recuerda que las agujas se desgastan con el uso. Una aguja puede perder filo o doblarse ligeramente tras muchas horas de trabajo. Los profesionales suelen recomendar cambiar la aguja por una nueva después de unas 8 horas de bordado efectivo.
Sí, aunque no se haya roto, con el tiempo el ojo puede tener rebabas o la punta estar menos precisa, y eso afecta al bordado (más hilos rotos, puntadas irregulares…). Así que no esperes a que se rompa para sustituirla. Las agujas son relativamente baratas comparado con arruinar una prenda o dañar la máquina.

Tu plan para bordar con éxito + recurso extra
Hemos cubierto mucho terreno: desde los tipos de agujas (manuales, máquina doméstica, industrial), los sistemas como DBxK5, las puntas RG/FFG/FG/SAN1 y el grosor adecuado para cada tela. Quizá al principio parece mucho que recordar, pero todo se resume en conocer tu proyecto y aplicar el sentido común:
- Identifica tu tela y proyecto: ¿Es tela de punto o tela tejida? ¿Gruesa o fina? ¿Lleva materiales especiales como espuma o cuero?
- Elige la punta acorde al tejido: ball point (FFG/FG) para tejidos de punto o elásticos; punta afilada (RG o incluso SAN1) para telas firmes, cuero o acabados 3D.
- Selecciona el grosor según el material: fino para telas delicadas/detalles, grueso para materiales recios o hilos especiales.
- Asegúrate del sistema correcto para tu máquina: si es industrial, DBxK5 u otro que indique el fabricante; si es doméstica, la aguja de vástago plano correspondiente.
- Cambia la aguja periódicamente: no apures una aguja vieja, tu bordado lo agradecerá.
Con estos pasos, verás que tus bordados saldrán mucho mejor desde el primer intento. Una aguja adecuada convierte un bordado difícil en uno sencillo.
Si quieres seguir aprendiendo y ver estos consejos en acción, tenemos algo especial para ti. Te invitamos a ver esta guía en video sobre agujas para bordar:
A veces, ver el proceso ayuda a afianzar lo aprendido. ¡Manos a la obra y feliz bordado!